viernes, 26 de noviembre de 2010

Fin de semana 3

El tercer fin de semana de esta dieta-tratamiento supuso un hito para nosotros. Desde el jueves (por lo menos) veníamos gestando la idea de encargar en nuestra parada de confianza del mercado un par de bistecs de buey.
Para mí esta sería la primera vez, desde que empezamos la dieta, que comería algún alimento al margen de ensaladas y las verduras permitidas.
Tanto Dave como yo estábamos como dos niños con zapatos nuevos. “Buenísimo, tiene un poquito de grasa” –dijo la dependienta al realizarle tan suculento encargo- ;((( errrhhh??!!! “Bueno, no te preocupes, te pondré de una parte que tenga menos” –contestó ante  mi evidente chasco-
Francamente, la comida del Sábado estaba buenísima. Nos supo a gloria. Verduritas a la plancha y el susodicho bistec, que, por cierto, resultó tener bastante más grasa de la deseada. Delicioso pero mi estómago se tomó la revancha en forma de ardores por las necesidades a las que le estoy sometiendo… En fin, la primera en la frente. Después de dos semanas exclusivamente a base de preparados y ligeras verduritas el estómago, a parte de quedarse del tamaño de un guisante, se vuelve exigente y delicado con las visitas.
Por la noche, más de lo mismo. No podía haber sido de otra forma. Ensaladita y jarabe de naranja.
El domingo lo festejamos con una “mariscada a medias”, es decir, almejas al vapor con un poquito de perejil y cebolla deshidratados y unas gambas a la plancha.
Nunca me ha costado tanto comerme unas gambas…. Si me lo cuentan no me lo creo. Sin duda hubiera cambiado la mitad del plato por una rebanadita de pan.
Por la tarde, más de lo del Sábado. Ardores y pesadez de estómago… Creo que a partir del lunes (fecha en que acabo fase 1 y paso a fase 2) iré poco a poco y optaré por pechugas de pollo, pescadito blanco y tortilla a la francesa. Más adelante ya veremos si el estómago se alegra o no ante otras delicatessen.
Por el momento, el lunes ya haremos una comida “normal”, con limitaciones, pero sin tener que tomar un sustitutivo ¡vaya lujo!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Resumen semana 2

Más de lo mismo. Afortunadamente durante la segunda semana nos llegamos a acomodar a nuestra nueva dieta y los handicaps que ella conlleva. Ya nos hemos amoldado a determinados productos que toleramos, incluso algunos nos gustan.
Se puede decir que ahora vivimos a base de ensaladas, crema de calabacín y calabaza, jarabes proteínicos (parecidos al Tang, muy ricos por cierto), semillas de soja tostada y alguna barrita de cereal.
Un día, por curiosidad, hice el recuento calórico de los suplementos que consumíamos en un día entero. Al venir indicado en el envase es una tarea bien sencilla. La suma resultó unas 500 y pocas calorías. Bueno, a estas miserables calorías habría que sumar las no poco ridículas de una ensalada, una crema de calabaza y las dos cucharadas de aceite de oliva permitidas… En fin, que si no se adelgaza por cetosis, seguro que se adelgaza por recuento calórico, ya que el aporte es mínimo.
El beneficio añadido de la cetosis es que no se pasa hambre. Tan sólo necesidad. Necesidad de comer cosas que no puedes, que recuerdas haberlas comido y a las que añoras muchísimo. Dígase, por un suponer, un trozo de pan con su aceitito y su tomatito untado, o una croquetita, o sencillamente una comida “normal” sin la necesidad de estar controlando hasta el más mínimo ingrediente que te pueda hacer salir de cetosis… Es un poco obsesivo, la verdad.
Controla el café (que sea natural, nada de torrefacto), controla la sacarina (a base de aspartamo), controla las especias, controla, controla, controla…. Ahora la tira reactiva está violeta (bien, estoy!!! –en cetosis, se entiende-), ahora la tirita está…. “¿qué c.. de color es este? Ejem… Yo diría que es rosáceo, o es beige… no beige, no, ¿ves que tiene alguna marca rosita? Eso quiere decir que sí, que sí estoy….”
Definitivamente esta es la manera más rápida (y cara) que yo conozco que aprender a valorar la comida como nunca antes lo hayas hecho… o bien para odiarla….
El aliciente es que (a parte de no pasar hambre) la pérdida de peso va viento en popa para ambos (Dave más que yo) y poco a poco empezamos a reconocernos en el espejo.
A fin de cumplir mi reto interno aguanté estas dos semanas a base de sustitutivos 100%, es decir en fase 1, y la próxima semana ya empezaré a introducir proteína animal en la comida o la cena.
Dave, por su parte, ya empezó a comer carne, pescado y tortilla a días alternos… pero esto fue un poco a criterio suyo.
De momento nos está resultando, y como teníamos el visto bueno del médico, pues mejor que mejor..
El balance está siendo positivo, los ánimos están bien, la sensación es de normalidad… creo que más de lo que hubiéramos deseado los ya lejanos primeros días de nuestra odisea.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Fin de semana 2

El segundo fin de semana a dieta transcurrió mucho mejor que el anterior. Incluso nos atrevimos a quedar con unos amigos... que, al estar sobreaviso, tuvieron la delicadeza de no ofrecernos nada de comer ni beber (¡¡menos mal!!).
Por lo demás... "más de lo mismo". Dave se comió una tortilla de dos huevos el Sábado por la noche pero yo preferí aprovechar esta racha de aguante insospechado... Ya llegarán días peores, seguro.


DAVE
ANA
Pesos
Pérdida diaria
Acumulado
Pesos
Pérdida diaria
Acumulado
Día 1
79,2
---
---
70,3
---
---
Día 2
77,9
-0,7
-0,7
69,6
-0,7
-0,7
Día 3
77,6
-0,3
-1
69,3
-0,3
-1
Día 4
77,2
-0,5
-2
68,8
-0,5
-1,5
Día 5
76,7
-0,5
-2,5
68,3
-0,5
-2
Día 6
76,2
-0,5
-3
68,6
+0,3
-1,7
Día 7
76,2
=
-3
68
-0,6
-2,3
Día 8
75,8
-0,4
-3,4 Kgs.
67,8
=
-2,3 Kgs.


Hemos tomado la poco recomendable costumbre de pesarnos cada mañana. Esto, además de ser bastante engañoso, puede llegar a desmotivar. ¿El motivo? No todos los días se pierde peso, es más, es probable que algún día hasta ganemos algo. Esto es debido a varios factores, algunos que desconozco porque no soy dietista, pero tan solo el hecho de haber ido o no al baño, beber más o menos agua, esperar que venga la regla… puede influir en que la báscula se estanque o marque algo más de lo “debido”.
Por otro lado, también el pesarnos cada día nos ha hecho darnos cuenta que la pérdida de peso sigue unos patrones muy parecidos tanto en Dave como en mí.  Perdemos, nos estancamos, perdemos, nos volvemos a estancar… creemos que es un mecanismo del organismo para “readaptarse” a sus nuevas condiciones pero, repito, no tenemos ningún conocimiento ni base científica para afirmar que haya algo de cierto en esto, simplemente es intuitivo.
Lo que sí podemos afirmar, al menos de momento, es que la dieta está siendo efectiva: nunca habíamos perdido tanto peso en una semana.
El balance en la primera semana, pese a los muy malos momentos iniciales (pésimos),

viernes, 12 de noviembre de 2010

Día 8

Hoy cumplimos una semana completa a dieta. Si alguien me lo hubiera pronosticado el lunes, no me lo hubiera creído…. ni de broma.
Casualmente, durante los pocos días que llevamos de tratamiento he tenido la oportunidad de charlar con varias personas que están o conocen a alguien que está siguiendo la misma dieta.
Todos coinciden en lo mismo: lo PEOR (sí con mayúsculas) es la primera semana. Luego te habitúas e integras la dieta a tu vida cotidiana, y no al revés, como veníamos haciendo durante todos estos días.
En nuestro caso hemos cumplido la norma. Creo que todavía nos quedan algunos “flecos colgando” pero que esto ya es cuestión de fuerza mental y motivación y eso, de momento, no nos falta a ninguno de los dos.

Pesos:

Ana: 68 Kgs. (=)
Dave: 75,8Kgs. (-400 grs.)

Hoy me tocaba a mí estancarme… pero el total que he perdido durante la semana ha sido de 2,3 kgs.
Con mi dieta anterior (haciéndola bien) hubiera tardado 4 semanas en perder tal cantidad de kilos (a 500 grs por semana aprox,.)
Dave, por su parte, a perdido 3,4kgs.
Si el tiempo y las ganas se dan cita este fin de semana, me curraré un cuadro resumen donde poder ver de forma más gráfica los progresos.

Hoy, además, tocaba la visita de control con nuestro médico. Nos ha vuelto a insistir en que no debemos tener ninguna sensación extraña, cansancio, mareos,… esto sería síntoma de que algo no va bien. Al decir que no va bien no me refiero ni mucho menos a que estemos enfermando o que empecemos a tener alguna carencia, no, sino que (tal vez) haya que reajustar los complementos o bien controlar que no hayamos salido de cetosis.
Este ha sido el caso de Dave. Al realizar las comprobaciones oportunas, el doctor ha sido categórico: Ana está en cetosis pero tú no.
¿Cómoooooo? ¿¿¿¡¡¡!!!!???
Realmente es incomprensible, dado que ambos comemos las mismas verduras y los mismos productos, su cosmética es más limitada, no ha tenido ningún exceso,… Después de pensar y pensar hemos llegado a la conclusión que podía ser el café del bar. Aunque yo también tomo, el mío lo preparo en casa y es natural descafeinado. En los bares es muy probable que utilicen variedades torrefactas que, según he podido leer en varios foros sobre la materia, al añadírsele azúcares para el tueste de los granos es muy posible que te haga salir de la cetosis. Por este motivo, repito, intuimos que lo mejor es optar por la variedad natural.
Otro tema es el de las cremas corporales y otros productos de cosmética. El médico nos ha aconsejado no utilizar body milks salvo los de Aloe Vera 99%. En el caso de las cremas faciales y maquillajes, al utilizarse en una zona del cuerpo más pequeña, aunque hubiera absorción de alguna sustancia, ésta (teóricamente) sería demasiado pequeña como para afectar el proceso de cetosis.
Por lo demás todo va perfecto y nos ha felicitado por la pérdida de peso. Al igual que el lunes, nos ha recordado que la opción de pasar a fase 2, o lo que es lo mismo, a empezar a realizar una comida con proteínas animales (carne, pescado, marisco,…) corre de nuestra cuenta. Si nos sentimos demasiado agobiados, si nos queremos dar una concesión de fin de semana, … Podemos sustituir una de las comidas con preparado por las verduras permitidas en fase 2  y proteína animal.
De momento creo que vamos a aprovechar el momento de optimismo y motivación e intentaremos seguir una semana más en fase 1.
Mañana más. Buenas noches.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Día 7

Cada día que pasa tanto Dave como yo nos sentimos mejor.
Por mi parte, hoy me he levantado sin ningún tipo de malestar, sin hambre apenas (sí un un gusanillo en el estómago) y con optimismo.

Pesos:

Ana: 68,0 Kgs. (-600 grs.)
Dave: 76,2Kgs. (=)

Poco a poco me (nos) voy (vamos) acostumbrando a comer a base de ensaladas y verduras y los preparados proteínicos.
Cada día echo mano de la imaginación para idear nuevas ensaladas y nuevas opciones para hacer más apetecibles y sabrosos nuestros platos: bolsas de ensalada tipo “brotes tiernos”, hojas de espinacas y champiñones crudos en la ensalada, calabaza y calabacín cocidos y triturados como crema….

También nos vamos acostumbrando poco a poco a los preparados y a la dinámica de las comidas, incluso hemos encontrado varias opciones que nos están empezando a gustar.

Mañana cumpliremos una semana con el tratamiento y, por este motivo, tendremos visita con nuestro médico. A ver que tal...
Mañana cuento. Buenas noches 

Día 6

El miércoles transcurrió con normalidad, positivismo y un sorprendente bienestar naciente que no me esperaba ni por casualidad.

Pesos:

Ana: 68,6 Kgs. (+ 300 grs. !! sí, sí, MÁS)
Dave: 76,2Kgs. (-500 grs.)

Paradójicamente pese al incomprensible aumento de peso por mi parte, durante el miércoles me encontré bien, con una alegría y optimismo insospechados.
El mareo, cansancio y al asco van (afortunadamente) dando paso a una sensación más “normal”, es decir, que ni nos sentimos eufóricos ni con más energía de la habitual ni nada por el estilo, sino que empezamos a sentirnos como habitualmente, sin hacer una dieta tan estricta.

Respecto a los menús, hemos realizados gratos descubrimientos: las barritas de cereales y chocolate, los jarabes de naranja y los snacks salados de soja.
Creo que a partir de ahora (al menos por mi parte) voy a prescindir de cremas y batidos de chocolate y los voy a sustituir por jarabes (parecidos al Tang) y por los snacks.
La sensación de vacío va remitiendo y únicamente sentimos hambre cuándo se va acercando la hora de la comida. Lo que, por el momento, es inevitable es sentir deseo de comer ciertas cosas prohibidas, sobretodo cuándo le das de comer a la peque unas croquetas, por ejemplo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Día 5

Parece mentira que ya llevemos cinco días a dieta. Si el domingo alguien me hubiera preguntado si me veía llegando al martes, no hubiera apostado un euro… vamos a ver qué pasa hasta el viernes, primera meta propuesta….


Los pesos fueron los siguientes:

Ana: 68,3 Kgs. (-500 grs.)
Dave: 76,7 Kgs.(-500 grs.)

Cuando se cumpla una semana en esta fase (¡¡espero que lleguemos!!) prepararé una tabla-resumen con los parciales y el total de peso perdido. Pero, a grosso modo, podemos calcular que cada dos días vamos perdiendo aproximadamente 1 kilo.

Respecto a los menús, continuamos jugando con los pocos ingredientes con los que nos dejan… Ensalada de brotes tiernos, ensalada de endivias, ensalada de lechuga con canónigos y rúcula, calabacín a la plancha, calabaza cocida, a la plancha o al micro, champiñones rehogados con una pizca de ajo y perejil deshidratados, champiñones con la ensalada, rabanitos,…. hay otras opciones, pero nosotros nos hemos quedado con las que más nos gustan. Prefiero no comer coliflor cocida… a secas.
De segundo yo sigo optando por los postres: crema de chocolate o bebida de chocolate caliente y Dave por las sopas.


Impresiones y comentarios:

Ambos nos hemos levantado bien, con ánimos, aunque yo he experimentado un bajón a mitad de mañana, que achaco a la tensión arterial. Es muy probable que, de no desaparecer estos síntomas, el médico me reajuste los complementos vitamínicos.
Desde jovencita he sido propensa a tener grandes bajadas de tensión, llegando incluso al desmayo, así que esto tampoco es nada nuevo para mí.

Dave ha estado bien durante el día, pero al llegar la noche se ha desinflado. Esto no tiene porqué ser necesariamente consecuencia del tratamiento, ya que influyen otros factores: dormir poco y mal por los muchos (y normales) despertares nocturnos de nuestra peque, las tareas domésticas, los madrugones, las presiones laborales…

Bajo mi perspectiva, creo que siguiendo una dieta tan estricta, aunque los médicos te aseguran que tu organismo no sufrirá carencias porque estas se cubren con los complementos, etc, etc… no te encuentras en una situación “estandarizada”, por lo que el organismo no está para sobreesfuerzos. Si habitualmente das el 150% y te cansas, ahora dando el 100%  te agotarás. Pero es mi percepción.

Otro tema es el de la tolerancia a los preparados. Afortunadamente ni ayer ni hoy he sentido náuseas al tomar nada. Es más, con algunos preparados me he sorprendido gratamente y he redescubierto un sabor que, si no gustoso, me ha resultado bastante soportable. Supongo que mi organismo y mi coco se están acostumbrando a aprovechar lo que hay, y lo que hay, por el momento, es esto.

Mañana más. Buenas noches.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Día 4

Me (nos) he levantado bien, con ánimos, pero a medida que han ido pasando los minutos he (hemos) vuelto a sentir la flojera con la que me acosté. La tensión arterial está algo baja en mi caso y Dave se ha quejado de tener un “globo mental” durante la mañana.

Los pesos fueron los siguientes:

Ana: 68,8 Kgs. (-500 grs.)
Dave: 77,2 Kgs.(-400 grs.)

El menú del día ha sido prácticamente como los anteriores. Por mi parte he optado en desterrar las tortillas y las sopas, e ir jugando con las cremas y bebidas de chocolate y Dave, al contrario que yo, ha tomado sopa al mediodía y por la noche.

Impresiones y comentarios:

En este tipo de dietas se trata de ir probando los diferentes preparados y quedarse con los que cada uno tolere mejor.
Por este motivo no es recomendable pedir un montón de productos aunque en la foto aparezcan con una pinta exquisita. Es muy probable que nos decepcionen: la tortilla esponjosa y brillante que aparece en el catálogo no deja de ser unos polvos mezclados con agua y cuajados en una sartén (o microondas)
También puedo afirmar es que a medida que pasan los días vamos asumiendo que estamos a dieta y toleramos con menos asco los preparados.

Finalmente hemos pedido cita con el médico. Nos ha confirmado mi tensión baja, pero no es nada preocupante. También que todavía estamos en un punto un tanto crítico y que, muy probablemente, cuando pase uno o dos días más, empezaremos a encontrarnos mucho mejor y sin bajones. También nos ha abierto la posibilidad de pasar a la segunda fase si vemos que la voluntad flaquea… pero creo que tanto Dave como yo apostamos por llegar al viernes, día en que tendremos otra visita con nuestro doctor.
De todas formas sus pronósticos se están cumpliendo: en el momento de escribir estas líneas, me siento con fuerzas y animada, he tolerado muy bien la cena y no tengo ninguna sensación extraña. Me consta que a Dave le ha ocurrido lo mismo que a mí.

Mañana más. Buenas noches.

Día 3

Escribo esta entrada el lunes, porque ayer por la noche me fue –literalmente- imposible hacer otra cosa que no fuera descansar, descansar y descansar.

Nada más levantarnos nos hicimos la prueba de la acetona(*). La mía dio un positivo inequívoco: la tira reactiva adquirió  un color morado intenso. Dave no tuvo tanta suerte: su positivo era muy débil (color ocre)

(*)son unas tiras reactivas que indican el nivel de acetona en la orina, o lo que es lo mismo, si se está o no en cetosis.

Los pesos fueron los siguientes:

Ana: 69,3 Kgs. (-300 grs.)
Dave: 77,6 Kgs.(-300 grs.)

Menú del día:

Desayuno: Té verde con menta endulzado con sacarina/ barrita de cereales híperproteica de cítricos y albaricoque
Media mañana: Batido de chocolate (sobre)
Comida: Calabaza rehogada con una pizca de sal y comino/calabacines a la plancha/ tortilla a las finas hierbas (sobre) con unos champiñones rehogados para Dave y para mi postre de crema de vainilla preparado con café descafeinado en lugar de agua.
Merienda: Bebida de chocolate caliente
Cena: Maxi-ensalada con vinagreta de vinagre de vino tinto+ limón+aceite de oliva+sal+cebolla en polvo/Sopa para Dave y yo crema de chocolate.

Impresiones y comentarios:

Según la teoría, cuando se entra en cetosis el organismo utiliza las reservas de grasas para convertirlas en glucosa y obtener así la energía necesaria. En este estado no se debería sentir ni hambre ni cansancio y, según algunas experiencias, incluso podemos sentirnos eufóricos.
Pero, en contra de lo expuesto anteriormente, durante todo el día me encontré con cierto dolor de cabeza, con un ligero mareo y sin la coordinación y claridad mentales habituales en mí. Al llegar la noche y después de haber realizado diversas tareas domésticas, sentí un tremendo cansancio (bajón) que me obligó a sentarme y me impidió hasta preparar la “cena”.
La noche transcurrió un tanto inquieta, con cierto malestar y flojera. Me preocupa que algo vaya mal… lo comentaré con mi médico.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Día 2

¡Por fin han pasado las primeras 24 horas de la dieta! Parecerá una meta ridícula, pero para mí significaba mucho.

Ahora, y una vez finalizado el segundo día de dieta (ya hemos cenado), puedo hacer un pequeño resumen de cómo ha ido el día.

Antes de nada, comento que la noche fue como el día anterior: continuas visitas al baño para hacer pipís.

Al levantarnos nos pesamos:

Ana: 69,6 Kgs. (-700 grs.)
Dave: 77,9 (-1,3 kgs.)

No está nada mal para llevar solamente un día. Aparte de la pérdida de peso, lo que realmente sentimos a nivel físico es un efecto depurativo y yo concretamente siento la silueta algo más definida, como menos hinchada.

Menú del día:

Desayuno: Té verde con menta endulzado con sacarina/ barrita de cereales híperproteica de yogurt de fresa
Media mañana: Batido de chocolate (sobre)
Comida: Calabaza rehogada con una pizca de sal y comino/ mini-ensalada de endivias, canónigos, rúcula y champiñones crudos aderezada con vinagreta de vinagre de vino, limón, aceite de oliva y una pizca de sal/ tortilla a las finas hierbas (sobre) con unas espinacas frescas picadas.
Merienda(*): Crema de chocolate
Cena: Mix de verduras rehogadas: calabacín, calabaza y champiñones / Sopa de pollo con fideos (sobre)

Impresiones y comentarios:

El desayuno ha sido más que correcto ya que la barrita me (nos) ha sorprendido gratamente. Sabe a lo que tiene que saber: barrita de cereales. Aunque, claro está, de las de dieta.
Pero la alegría inicial ha ido dando paso a una decepción creciente: el batido no estaba todo lo aceptable que me hubiera gustado, la tortilla tenía el mismo sabor que la de ayer, pero sin el regustín a queso, que ha sido imposible camuflar ni con las espinacas ni con la pizca de ajo en polvo que he utilizado….
La merienda ha sido desastrosa: Me he decidido a hornear los pasteles sabor chocolate. El procedimiento es el mismo que (casi) todos los preparados. Se disuelve el contenido del sobre en cierta cantidad de agua y, en este caso, se hornea durante unos 15 minutos. Con el fin de no estar a cada momento encendiendo el horno para 1 o 2 pastelillos, he decidido hacerlos todos. A dos les he añadido una cucharadita de café soluble.
La presencia era muy similar a los muffins de chocolate que suelo preparar cuando me salto la dieta… pero el sabor…. Nos ha sido totalmente imposible comérnoslos…. De hecho han acabado en el cubo de la basura… 14 eurazos a tomar viento! Pero tanto a mí como a mi costilla  nos han provocado arcadas al primer mordisco.
Dave ha desistido y se ha conformado con el café solo que hubiera acompañado a tan frustrante ágape, y yo no he podido más que mojar con lágrimas de impotencia la infusión de manzanilla y tila, y tomar -cual purgante asqueroso- una crema de chocolate.
La sopa de la cena me ha gustado menos que ayer. De hecho me la he tenido que tomar a pequeñísimos sorbos para que no me produjera asco.

Y es que (yo me pregunto) o yo soy más delicada que nadie (que nadie que sigue este tipo de dietas, claro está) o realmente tengo un paladar demasiado fino… Todos (o casi todos) los preparados que hemos probado hasta el momento tienen el mismo indefinido y desagradable sabor. No sabría describirlo, pero a mí me resulta repelente.

Por otro lado, por suerte o desgracia, hemos descubierto que los grumos desaparecen si utilizamos el shaker para mezclar los polvos con el agua.

Físicamente, salvo un ligero dolor de cabeza (ambos), algo de cansancio,las manos heladas y cierto sabor pastoso en la boca (por mi parte) nos hemos encontrado bien.

Otro tema es el ánimo.

Aunque no lo reconoce, Dave ha estado más susceptible de lo habitual: ha gruñido por tener hambre (él que supera más de media jornada sin comer), se ha quejado del mal sabor de algunos preparados y ha sido el incitador de tirar, directamente, los frustrados pastelillos de chocolate.
Por mi parte puedo afirmar que el ánimo está (o estaba) por los suelos. Ya no es el hecho de no comer, o comer limitadamente, sino que lo poco que puedes o debes comer está malísimo. Este punto también hoy lo he llevado fatal…
Pero bueno, mañana será otro día, y espero que con las horas de sueño recupere las fuerzas necesarias para superar con éxito este trance.
Mañana más. Buenas noches.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Día 1

Hoy empieza nuestra aventura. Lo primero que hemos hecho al levantarnos, después de “las tareas básicas”, ha sido pesarnos y dejar registro escrito para constatar los futuros progresos.

Ana: 70,3 kgs.

Dave(*): 79, 2 kgs.

(*): A petición del interesado, a partir de ahora Álex pasará a llamarse Dave (qué tontuna más grande, digo yo, pero todo sea por respetar la “intimidad” de mi costillita!)

Menú del día:

Desayuno: Bebida caliente de cacao (sobre)
Media mañana: Mini cake de vainilla
Comida: Calabacín y Calabaza rehogados en el micro, mini ensalada de lechuga y endivia, tortilla sabor queso (sobre).
Merienda: Crema de vainilla
Cena: Champiñones rehogados con ajo y perejil deshidratados, sopa de ave con fideos (sobre)

Impresiones y comentarios:

Aunque ya estaba advertida, me ha sido casi imposible disolver el contenido del sobre en el agua caliente, y eso que lo he preparado como el Cola-cao y no como indica el sobrecito (es decir, añadiendo el agua poco a poco hasta que se forme una pasta, y así hasta que se añade toda el agua… pero ni con esas). Ha sido imposible disolver todos los grumitos, y la sensación al tomar el chocolate no ha sido demasiado agradable. Además el sabor, para mi gusto, es demasiado dulce.
El mini cake, pasable. Textura un tanto correosa, pero tampoco se pueden pedir peras al olmo ¿no?
La “tortilla” expele un olor y sabor que recuerda a los ganchitos infantiles, pero más malo. A mi me ha resultado imposible acabarla, me ha producido rechazo.
La crema de vainilla ha tenido el mismo problema que el chocolate caliente, una vez preparada ha quedado llena de grumos. Dave ha podido tomarla sin problemas, a mi me ha costado mal. La he tomado como un purgante, obligándome y con un asco infinito.
Sorprendentemente, la sopa no estaba del todo mal. No tiene nada que ver con la sopa de sobre convencional, pero estaba bastante aceptable.

Nuestras sensaciones en general han sido positivas. En mi caso me siento un poco decepcionada por los sabores de los preparados: era consciente de que no serían ambrosía, pero algunos me los he tomado con verdadero asco. Este punto lo he llevado peor que la sensación de hambre o las tentaciones por comer otras cosas. En ese sentido, Dave lo ha sobrellevado mejor: él no esperaba ningún sabor en especial, sabía que el chocolate no sería como el chocolate al que estamos acostumbrados y que de la tortilla no sabría a huevo y queso, por lo que la decepción ha sido menor.
Por lo demás, ambos hemos estado todo el santo día haciendo pis, más del que cabría esperar aún habiéndonos bebido 1,5 litros de agua (Dave algo más).
Al finalizar el día, y justo antes de irnos a dormir, la sensación es de “gusanillo”, es decir, que te comerías algo rico pero no una ensalada, por ejemplo. Lo cual quiere decir que NO es hambre, sino ganas de comer.
Mañana sigue la aventura, seguiré explicando. Buenas noches.



Nos despedimos de nuestros viejos hábitos... nos preparamos para la nueva dieta

Para poder empezar una nueva dieta con ilusión y optimismo es muy importante decirle un simbólico “hasta luego” a nuestros antiguos hábitos.
Una despedida a todo aquello que nos gusta que nos servirá de preparación mental a la nueva etapa que se avecina.
En mi caso, y pese a que las últimas semanas no habían sido en absoluto de dieta, me homenajeé con un menú especial: almorzamos en una pizzería y para cenar me preparé una ensalada variada con atún, un mini-bocata de pan con tomate y jamón dulce, un trocito de queso y natillas de postre.
Álex optó por una de sus cenas favoritas: leche con galletas, muuuuchas galletas.

En mi caso, saboreé la ensalada como si fuera el mejor de los manjares y el mini me supo a gloria bendita… degusté cada sabor como si quisiera grabarlo en mi paladar y así poder recordarlo durante el tiempo que durará nuestra nueva dieta…

jueves, 4 de noviembre de 2010

Necesitamos perder peso ¡YA!

Lo intentamos pero no pudo ser.
Después de un año y medio (aprox.) sometidos a una holgada y saludable dieta hipocalórica, no hemos conseguido alcanzar nuestro último y ambicioso objetivo: perder todos y cada uno de los kilos que nos sobraban y quedarnos en el punto de partida: Yo en mis cincuenta y muchos o sesenta y pocos (no lo tenía demasiado definido, y tampoco me importaba) y Álex en su setenta y pocos.
Para ser honestos, la dieta que hemos seguido hasta el momento nos ha ayudado muchísimo, sobre todo a mí.
Después de un embarazo con ciertas “complicaciones” metabólicas y habiendo engordado casi 30 kilos (¡treinta!) es muy complicado volver al peso original-o como mínimo acercarse- sin hacer una dieta más o menos estricta. O al menos ese ha sido mi caso. 
Durante los primeros meses después del nacimiento de Sofía, logré adelgazar unos 10 kilos de forma natural, incluyendo el peso de la peque.
Durante los meses siguientes, hasta el día de hoy, he podido deshacerme de otros 8-10 (han ido oscilando) siguiendo la susodicha dieta de control de peso.
Pero, llegados a este punto, mi organismo, y sobre todo mi ánimo, necesitan un cambio de estrategia.
Al principio, nos saltábamos la dieta el sábado y el domingo. Más tarde y viendo que íbamos perdiendo peso (muuuy poco a poco, pero de forma segura) decidimos festejar también el viernes por la noche, luego ampliamos el margen al viernes a mediodía… (total, comeré un poquito de aquí y otro poquito de allá y esta noche “compenso”..) Como se suele decir, nos ofrecieron la mano y nos cogimos el brazo entero…. Y, claro, así llega un momento en que es totalmente absurdo estar fustigándose durante 4 días para luego en otros tres días tirar por la borda todo lo conseguido. O lo que es lo mismo, perder 500 grs de lunes a jueves y recuperarlos de viernes a domingo…. NADA, eso es lo que hacíamos. Como siempre nos ha dicho Esther, nuestra dietista, “si te saltas la dieta un día no pasa nada, si son dos tampoco, pero la cosa cambia si son tres o más… “
Tiempo atrás habíamos oído hablar de las dietas híperproteicas pero no me veía siguiendo una porque, sinceramente, nunca he sido partidaria de cometer ese tipo de “burradas” nutricionales. Soy de las que prefieren comer poco y bien, saborear, deleitarse con un trocito de chocolate negro… o lo que es lo mismo, apreciar los pequeños-grandes placeres que la vida nos brinda a través de la comida.
Pero el caso es que, llegados a este punto, y habiendo recibido ya varias advertencias de parte de diferentes especialistas médicos, me veo en la necesidad de aplicar un cambio de estrategia y perder de forma rápida los kilos que aún me sobran.
Después de conocer varios casos de personas que han seguido con éxito la dieta híper proteica, nos pusimos en marcha y ya está todo preparado para secundarla con esperanzas e ilusiones renovadas.
La intención de escribir este blog es la de plasmar en texto nuestra experiencia, desahogar los momentos de bajón (que los habrá seguro), conseguir un extra de motivación al ver explicitados nuestros progresos y si de rebote conseguimos ayudar a alguien que esté dudando o que esté ya siguiéndola pues, mejor que mejor.

Por fin empezamos mañana. Ya está todo preparado: las cajas de sustitutivos y los suplementos nutricionales –que compondrán nuestros menús a partir de ahora- pero sobre todo la concienciación de que mañana es el gran día y que nos esperan otros tantos privándonos de todos aquellos alimentos que tanto nos gustan y que tantos placeres nos proporcionan.
En cierta manera me siento como cuando dejé de fumar. Tengo la angustiosa sensación de que no podré comer lo que me apetezca cuando me apetezca. Es una decisión meditada y tomada de forma libre y optimista, pero eso no hace que sienta cierto vértigo al pensar en la carencia de algo… ¿Y si no puedo? ¿Y si mi organismo no lo soporta? … Creo que son excusas, y espero que el presente diario sirva para poder gestionar y organizar de forma coherente mis sensaciones y emociones con respecto a la dieta.
En entradas sucesivas iré explicando con más detalle en qué se basa la dieta hiperproteica (o proteinada), diferentes marcas comerciales, productos, consejos, .. y nuestras experiencias y sensaciones a medida que se vayan produciendo.