Más de lo mismo. Afortunadamente durante la segunda semana nos llegamos a acomodar a nuestra nueva dieta y los handicaps que ella conlleva. Ya nos hemos amoldado a determinados productos que toleramos, incluso algunos nos gustan.
Se puede decir que ahora vivimos a base de ensaladas, crema de calabacín y calabaza, jarabes proteínicos (parecidos al Tang, muy ricos por cierto), semillas de soja tostada y alguna barrita de cereal.
Un día, por curiosidad, hice el recuento calórico de los suplementos que consumíamos en un día entero. Al venir indicado en el envase es una tarea bien sencilla. La suma resultó unas 500 y pocas calorías. Bueno, a estas miserables calorías habría que sumar las no poco ridículas de una ensalada, una crema de calabaza y las dos cucharadas de aceite de oliva permitidas… En fin, que si no se adelgaza por cetosis, seguro que se adelgaza por recuento calórico, ya que el aporte es mínimo.
El beneficio añadido de la cetosis es que no se pasa hambre. Tan sólo necesidad. Necesidad de comer cosas que no puedes, que recuerdas haberlas comido y a las que añoras muchísimo. Dígase, por un suponer, un trozo de pan con su aceitito y su tomatito untado, o una croquetita, o sencillamente una comida “normal” sin la necesidad de estar controlando hasta el más mínimo ingrediente que te pueda hacer salir de cetosis… Es un poco obsesivo, la verdad.
Controla el café (que sea natural, nada de torrefacto), controla la sacarina (a base de aspartamo), controla las especias, controla, controla, controla…. Ahora la tira reactiva está violeta (bien, estoy!!! –en cetosis, se entiende-), ahora la tirita está…. “¿qué c.. de color es este? Ejem… Yo diría que es rosáceo, o es beige… no beige, no, ¿ves que tiene alguna marca rosita? Eso quiere decir que sí, que sí estoy….”
Definitivamente esta es la manera más rápida (y cara) que yo conozco que aprender a valorar la comida como nunca antes lo hayas hecho… o bien para odiarla….
El aliciente es que (a parte de no pasar hambre) la pérdida de peso va viento en popa para ambos (Dave más que yo) y poco a poco empezamos a reconocernos en el espejo.
A fin de cumplir mi reto interno aguanté estas dos semanas a base de sustitutivos 100%, es decir en fase 1, y la próxima semana ya empezaré a introducir proteína animal en la comida o la cena.
Dave, por su parte, ya empezó a comer carne, pescado y tortilla a días alternos… pero esto fue un poco a criterio suyo.
De momento nos está resultando, y como teníamos el visto bueno del médico, pues mejor que mejor..
El balance está siendo positivo, los ánimos están bien, la sensación es de normalidad… creo que más de lo que hubiéramos deseado los ya lejanos primeros días de nuestra odisea.
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